COMENTARIOS SOBRE LOS VINOS ROSADOS
¿Tenemos claro lo que hay que pedirle a un rosado? Mi lista de peticiones“imprescindibles” incluye:
• Fruta, mucha fruta roja. Y en su punto justo: ni demasiado madura (da sensación de pesadez), ni con problemas de verdor (enseguida aparecen esas notas vegetales y verdes tan desagradables). Ya sean fresas, frambuesas, cerezas, frutillos rojos...
• Frescura. Es el primer mandamiento. La frescura debe estar presente tanto en nariz (sensaciones de fruta fresca y viva) como en boca (con una refrescante acidez adecuada para el tipo de vino al que nos enfrentemos en cada caso).
• Equilibrio y sin aristas. Es muy importante que el vino “se comporte” en boca. Es una pena que una nariz fresca y fragante se vea arruinada por una acidez mordiente, por un amargor excesivo o una sensación de calidez debida al alcohol que no encuentra el contrapunto justo de frescura. Lo mejor que le puede pasar a un rosado que se beba con agrado y enorme facilidad.
• Que aguante el tipo en la botella. Les pasa a muchos vinos del año. Que salen pletóricos al mercado y que, al cabo de dos o tres meses, se “desvanecen” en la botella. Ese rosado que se presenta normalmente entre los meses de febrero y marzo, debe mantenerse en forma por lo menos hasta que se acabe el verano. No tiene ningún sentido que se vaya apagando justo en la época de mayor demanda y consumo.
• Fruta, mucha fruta roja. Y en su punto justo: ni demasiado madura (da sensación de pesadez), ni con problemas de verdor (enseguida aparecen esas notas vegetales y verdes tan desagradables). Ya sean fresas, frambuesas, cerezas, frutillos rojos...
• Frescura. Es el primer mandamiento. La frescura debe estar presente tanto en nariz (sensaciones de fruta fresca y viva) como en boca (con una refrescante acidez adecuada para el tipo de vino al que nos enfrentemos en cada caso).
• Equilibrio y sin aristas. Es muy importante que el vino “se comporte” en boca. Es una pena que una nariz fresca y fragante se vea arruinada por una acidez mordiente, por un amargor excesivo o una sensación de calidez debida al alcohol que no encuentra el contrapunto justo de frescura. Lo mejor que le puede pasar a un rosado que se beba con agrado y enorme facilidad.
• Que aguante el tipo en la botella. Les pasa a muchos vinos del año. Que salen pletóricos al mercado y que, al cabo de dos o tres meses, se “desvanecen” en la botella. Ese rosado que se presenta normalmente entre los meses de febrero y marzo, debe mantenerse en forma por lo menos hasta que se acabe el verano. No tiene ningún sentido que se vaya apagando justo en la época de mayor demanda y consumo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario